21.1.11

Junín: La cuna de los dioses de arcilla


Carlos Verástegui adquiere una voz retumbante como el eco cuando cuenta la leyenda que don Digno, su padre, le narraba una y otra vez mientras iban juntos a cazar vizcachas, hace más de tres décadas, en Junín.
No tenía más de 6 años, pero recuerda con detalle la explicación que don Digno le relataba sobre Wawi Wawi, ese paisaje de arcilla, piedra y lodo, congelado en picos infinitos y ubicado a 3 kilómetros de la plaza de Mito, su distrito natal, en la provincia de Concepción.

Mientras su padre lo guiaba por los pasajes angostos y oscuros de esas frágiles montañas, Carlos recreaba la fábula en su mente. Imaginaba a la doncella más bella, nacida en un ayllu en el valle del Mantaro. Su perfección era tal que los dioses andinos se peleaban por conquistarla.
Un día, en medio de la pugna, Pachacámac embarazó a la doncella. Enfurecidos, los dioses les lanzaron una maldición: los hijos que nacieran de este encuentro serían convertidos en arcilla eternamente.
Carlos abría los ojos en esta parte de la historia. Frente a él, las formaciones cónicas de Wawi Wawi, o bebe bebe en quechua, parecían no tener fin, como ahora. El viento soplaba agudo, también como ahora, recorriendo apresurado los túneles formados por las lluvias y el tiempo en el interior de los gigantescos montes de arcilla. “Es el llanto de los niños dioses”, le decía don Digno.
Carlos, embelesado y temeroso, le creía.
Han pasado más de tres décadas de esos paseos y con ellas decenas de veces que regresó a Wawi Wawi, en las noches de verano y de lluvia, buscando el lamento de las deidades atrapadas en el barro. En ese tiempo también escuchó otras historias sobre el lugar, de hechizos y pactos con el diablo, pero él no cree en eso. “Hay algo maravilloso en Wawi Wawi, que te llena de energía”, cuenta. Y esa fuerza solo se alcanza cuando se llega a la cima.
AVENTURA EN 6 HECTÁREAS
Esta hazaña de alcanzar la cima no es nada fácil. Para recorrer parte de este bosque geológico de 6 hectáreas se necesitan al menos dos horas, un buen físico y mucha osadía. Luego de llegar con el corazón acelerado, el aullido del viento frío relaja los sentidos.
Aunque tiene 12 años, Javier Silva Baltazar sabe lo que significa esta experiencia. Él es un experto en subir y bajar los picos de Wawi Wawi desde que tenía 8, de hacer la maleza a un lado y de empinarse en el borde de los abismos sin miedo.
No hay muchos guías como Javier en la zona. Pese a la resistencia de este bosque en el tiempo, aún no ha recibido la atención necesaria para impulsarla como destino turístico. El alcalde de Mito, Loel Broncano, señala que este año el Gobierno Regional de Junín incluirá a los atractivos como Wawi Wawi dentro de un presupuesto de S/.10 millones. “Necesitamos limpiar la zona, poner vigilancia y mejorar el acceso a estas formaciones”, dice.
Carlos recuerda que en la zona también sobrevolaban los cóndores como ahora lo hacen unas cuantas águilas. “Queremos coordinar a través del alcalde un convenio para que se liberen a los cóndores en cautiverio en este, su hábitat”, comenta. Cada vez son menos los que conocen el misticismo de Wawi Wawi. Carlos no quiere que ese olvido continúe. (VANESSA ROMO)

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