Toda una muestra de ingenio y sazón para romper la rutina de los encasillados comensales.
Beto Quiroz es un peruano que llegó a Estados Unidos en busca del sueño americano, hoy da la hora con la gastronomía peruana en la gran ciudad de Florida nada más y nada menos que con los tradicionales sanguchitos criollos.
"Bravo Gourmet Sandwich" es el nombre del local que fundó hace dos años y que hoy ostenta el galardón de "Mejor Sánguche de 2010", otorgado por uno de los más influyentes medios de Estados Unidos, The New Time’s", superando a los principales restaurantes internacionales de todas las nacionalidades.
La sazón la lleva en la sangre
La aventura de "Beto", como lo llama su madre, la reconocida gastrónoma Blanca Chávez, comenzó el año 2000. Año en el que se desempeñaba como reportero gráfico en un conocido diario de la capital. Su más grande sueño, la fotografía, lo llevó a Estados Unidos, decidido a montar su propio estudio fotográfico. "pero no fue fácil".
"Yo me crié y crecí entre hornillas desde niño, siempre me gustó la cocina. Primero ejercí la fotografía y viví de eso", dice Quiroz, quien asegura que nunca pensó que sería llamado chef porque "siempre me vi con una cámara y no con una sartén en la mano". "La situación en Estados Unidos me fue adversa y tuve que trabajar en varios restaurantes, mis amigos y todo el mundo me decían que si me gustaba tanto la cocina por qué no ponía en práctica mi arte culinario. Nunca lo pensé hasta que decidí abrir Bravo Gourmet Sándwich y ha sido maravilloso para mí", recuerda Beto Quiroz al pedirnos por favor que no le digamos chef, porque "yo soy cocinero, a mí me gusta cocinar".
La aventura de "Beto", como lo llama su madre, la reconocida gastrónoma Blanca Chávez, comenzó el año 2000. Año en el que se desempeñaba como reportero gráfico en un conocido diario de la capital. Su más grande sueño, la fotografía, lo llevó a Estados Unidos, decidido a montar su propio estudio fotográfico. "pero no fue fácil".
"Yo me crié y crecí entre hornillas desde niño, siempre me gustó la cocina. Primero ejercí la fotografía y viví de eso", dice Quiroz, quien asegura que nunca pensó que sería llamado chef porque "siempre me vi con una cámara y no con una sartén en la mano". "La situación en Estados Unidos me fue adversa y tuve que trabajar en varios restaurantes, mis amigos y todo el mundo me decían que si me gustaba tanto la cocina por qué no ponía en práctica mi arte culinario. Nunca lo pensé hasta que decidí abrir Bravo Gourmet Sándwich y ha sido maravilloso para mí", recuerda Beto Quiroz al pedirnos por favor que no le digamos chef, porque "yo soy cocinero, a mí me gusta cocinar".
Dos premios
Aseguró que es "muy afortunado de hacer lo que le gusta para vivir" desde hace dos años, cuando comenzó su empresa gastronómica, que inclusive ha sido distinguida en Bragua y West Point Beach. "Creo que esa es la mejor combinación, cuando logras hacer lo que te gusta, y al mismo tiempo trabajar", afirmó.
"Me enteré del reconocimiento que hace The News Time’s, y me propuse ganarlo algún día, aunque sabía que con solo dos años de funcionamiento era mucho pedir. Cuando me encontraba en el hospital porque mi hija acababa de nacer, me llamaron y me dijeron, Felicidades
–pensé que era por mi bebé–. Has ganado como la mejor sanguchería. No sabía qué hacer, el mejor día de mi vida sin lugar a dudas. Fueron dos grandes premios", recuerda.
En el exigente mercado estadounidense, esperar que alguien se detenga a disfrutar de un almuerzo no es algo probable si tenemos en cuenta que el país de las hamburguesas por años ha consumido e impulsado a las grandes empresas de comida "moderna".
"Pero lo mío es una alternativa diferente, es una sangucheria que ha funcionado, a los americanos les gustó el sabor de nuestro país. Nuestros insumos son en su totalidad productos oriundos del Perú".
Aseguró que es "muy afortunado de hacer lo que le gusta para vivir" desde hace dos años, cuando comenzó su empresa gastronómica, que inclusive ha sido distinguida en Bragua y West Point Beach. "Creo que esa es la mejor combinación, cuando logras hacer lo que te gusta, y al mismo tiempo trabajar", afirmó.
"Me enteré del reconocimiento que hace The News Time’s, y me propuse ganarlo algún día, aunque sabía que con solo dos años de funcionamiento era mucho pedir. Cuando me encontraba en el hospital porque mi hija acababa de nacer, me llamaron y me dijeron, Felicidades
–pensé que era por mi bebé–. Has ganado como la mejor sanguchería. No sabía qué hacer, el mejor día de mi vida sin lugar a dudas. Fueron dos grandes premios", recuerda.
En el exigente mercado estadounidense, esperar que alguien se detenga a disfrutar de un almuerzo no es algo probable si tenemos en cuenta que el país de las hamburguesas por años ha consumido e impulsado a las grandes empresas de comida "moderna".
"Pero lo mío es una alternativa diferente, es una sangucheria que ha funcionado, a los americanos les gustó el sabor de nuestro país. Nuestros insumos son en su totalidad productos oriundos del Perú".
Rompiendo esquemas
Bravo Gourmet Sándwich es una orgía de sabores que tiene enloquecidos a los norteamericanos que ahora lo piensan dos veces antes de comprar una "aburrida" hamburguesa y prefieren desviar el paso hasta el local del "peruano" que enloquece sus paladares con sánguches de chicharrón, pavo y lomo saltado, cocinados con el perfecto toque criollo de este nuevo embajador culinario.
"Me gusta que esté en boca de los americanos y ser admirado porque 24.3
un producto peruano está conquistando y rompiendo el tradicional almuerzo estadounidense". (Carlos Navea)
Bravo Gourmet Sándwich es una orgía de sabores que tiene enloquecidos a los norteamericanos que ahora lo piensan dos veces antes de comprar una "aburrida" hamburguesa y prefieren desviar el paso hasta el local del "peruano" que enloquece sus paladares con sánguches de chicharrón, pavo y lomo saltado, cocinados con el perfecto toque criollo de este nuevo embajador culinario.
"Me gusta que esté en boca de los americanos y ser admirado porque 24.3
un producto peruano está conquistando y rompiendo el tradicional almuerzo estadounidense". (Carlos Navea)
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