El escritor fue galardonado por contribuir con la difusión internacional y el conocimiento de la cultura y la lengua española.
Mario Vargas Llosa recibió ayer de manos del rey Juan Carlos el Premio Internacional Don Quijote de la Mancha por su brillante trayectoria literaria como difusor de la cultura y de la lengua española. En su apartado institucional el Premio fue concedido a Gloria Macapagal Arroyo, presidenta de Filipinas, por su apoyo al castellano.
El acto tuvo lugar en el Palacio de la Zarzuela residencia de los reyes de España, y a él asistieron también la reina Sofía, el Embajador del Perú, en España, Jaime Cáceres Sayán y la esposa del escritor peruano, Patricia Llosa, entre otros invitados.
En el caso de Vargas Llosa, el jurado ha distinguido los cincuenta años de trayectoria de este “infatigable creador” que “no ha dejado de enriquecer con su magisterio el territorio creativo de la lengua española” y cuya obra se ha convertido en “uno de los más sólidos y prestigiosos referentes de la cultura”.
José María Barreda, presidente de Castilla la Mancha, destacó a Vargas Llosa como “uno de los grandes” novelistas en lengua española y una de las personalidades “que más ha contribuido a universalizar” nuestro idioma.
El escritor y la presidenta filipina recibieron de manos del monarca español una escultura de Manolo Valdés y los 25.000 euros con los que está dotada cada categoría.
En entrevista con El Comercio, Vargas Llosa destacó: “El premio se concede por el conjunto de una obra. Recibir un premio siempre es muy grato y este en particular que lleva el nombre de Don Quijote es muy estimulante pues Don Quijote representa algo así como la figura emblemática de la lengua, de nuestra literatura, de la irradiación que ha tenido el español en el caso de sus grandes creadores. Es un premio que es muy estimulante para cualquier escritor”.
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